El Monumento a las Víctimas de las Riadas, situado en la explanada de la avenida d’Aragó en València, es una obra que trasciende su carácter escultórico para convertirse en un recordatorio permanente de la fuerza devastadora de la naturaleza y el impacto que esta puede tener en las comunidades. Este monumento fue inaugurado en octubre de 1982, conmemorando los 25 años de la trágica riada de 1957 que marcó un antes y un después en la historia de la ciudad. A continuación, exploramos su historia, su diseño y el significado que encierra.







Contexto Histórico: La Riada de 1957
El 14 de octubre de 1957, València sufrió una de las peores inundaciones de su historia. Dos desbordamientos del río Turia arrasaron con gran parte de la ciudad, dejando un saldo devastador: más de 80 víctimas mortales, miles de desplazados y cuantiosos daños materiales. La tragedia puso en evidencia la necesidad de medidas para prevenir futuras inundaciones, lo que llevó a la creación del Plan Sur, un proyecto que desvió el cauce del Turia fuera del núcleo urbano.
En 1982, cuando se cumplieron 25 años de aquella tragedia, el Ayuntamiento de València decidió rendir homenaje a las personas que perdieron la vida no solo en 1957, sino también en otras inundaciones anteriores, con un monumento que evocara la memoria colectiva y subrayara la importancia de aprender de las adversidades.
El Diseño del Monumento
El encargado de crear esta obra fue el escultor valenciano Ramón de Soto Arándiga, conocido por su capacidad para combinar formas geométricas con una fuerte carga simbólica. El diseño del monumento responde a las siguientes características clave:
- Estructura y Materiales
La escultura está formada por dos cuerpos rectilíneos de piedra artificial, levantados mediante encofrado. Estas estructuras, de líneas esquemáticas y minimalistas, se elevan a una altura de 16 metros, simbolizando el esfuerzo por superar las adversidades y mirar hacia un futuro esperanzador. - Composición
Los dos bloques verticales casi paralelos evocan una sensación de fortaleza y equilibrio, mientras que su disposición transmite una intención reflexiva: mirar hacia el pasado con respeto y al futuro con determinación. - Localización Significativa
El monumento fue ubicado en la explanada de la antigua Estació d’Aragó, un espacio que forma parte de la memoria histórica de la ciudad. Este emplazamiento conecta el recuerdo del desastre con el esfuerzo colectivo por reconstruir y avanzar.
Un Lugar de Reflexión y Reconocimiento
El Monumento a las Víctimas de las Riadas no es solo una obra arquitectónica; es un espacio de reflexión y recuerdo. A través de su imponente presencia, invita a los visitantes a honrar a quienes perdieron la vida y a reflexionar sobre la fragilidad de los ecosistemas urbanos frente a los desastres naturales. Además, sirve como recordatorio de la importancia de la planificación urbana y la resiliencia frente a futuros desafíos climáticos.
Renovación del Significado: Dedicación a las Víctimas de la DANA
En el contexto actual, la propuesta de renombrar la explanada como “Plaza de las Víctimas de la DANA del 29 de octubre de 2024” amplía el simbolismo del monumento. Este cambio refleja el compromiso de la ciudad de València con la memoria de las víctimas de los desastres climáticos contemporáneos, reconociendo la creciente amenaza que supone el cambio climático y la necesidad de una acción colectiva para mitigar sus efectos.
Lecciones Inspiradoras
El monumento y su historia nos enseñan que, aunque los desastres naturales pueden causar un profundo dolor, también nos ofrecen la oportunidad de aprender, unirnos y construir un futuro más resiliente. València es hoy un ejemplo de superación, y su transformación urbana, como el Jardín del Turia, es un testimonio de que incluso las tragedias más devastadoras pueden dar lugar a legados positivos.
Este monumento, erigido en memoria y gratitud, continúa siendo un faro de esperanza y un recordatorio del poder de la comunidad para levantarse frente a la adversidad.