Historia, arquitectura y valor patrimonial de la Alquería Beato Gaspar Bono (Valencia)
1. Detalles históricos
Origen y contexto en el siglo XVI
La Alquería Beato Gaspar Bono data del siglo XVI y fue construida originalmente como una finca agrícola en las afueras de la Valencia amurallada. El término alquería alude a un pequeño asentamiento rural de origen andalusí (qarya, aldea) que solía consistir en una casa principal con estancias, a veces torre de vigilancia, patio interior y dependencias agrícolas. En el caso de esta alquería, su ubicación junto al antiguo camino de Quart, en el arrabal occidental de la ciudad, respondía a la lógica de las explotaciones de huerta que rodeaban Valencia. Las huertas y campos de regadío circundantes aseguraban la producción agrícola para la ciudad. En mapas históricos como los de Mancelli (1608) o Tosca (1704) se observan construcciones similares próximas a esta zona, lo que demuestra la importancia estratégica del inmueble en ese período.
Evolución en siglos XVII y XVIII
A lo largo de los siglos, la alquería experimentó ampliaciones y reformas significativas. Estudios arqueológicos recientes han identificado hasta cinco fases constructivas diferentes desde la edificación original. En el siglo XVII se añadió un primer anexo y en el XVIII un segundo, lo que incrementó su tamaño y volumen. Estas intervenciones se han podido datar gracias al análisis de materiales: por ejemplo, se han hallado ladrillos característicos de los siglos XVII y XVIII integrados en los muros, evidencia de las obras realizadas en esas centurias. Con ello, la alquería pasó de ser una modesta casa de labranza a una construcción más compleja conforme crecía la explotación agrícola y cambiaban los usos.
Uso como convento en el siglo XIX
En el siglo XIX, la Alquería Beato Gaspar Bono dejó atrás su función estrictamente agraria para integrarse en un entorno religioso. Hacia la primera mitad del siglo XIX, el inmueble pasó a formar parte de un convento de la orden religiosa vinculada a la zona. Algunas fuentes señalan específicamente que llegó a estar asociada al convento o colegio de los Jesuitas, muy cercano a la alquería, lo que supuso un cambio notable en su uso y estructura. De hecho, la calle donde se ubica lleva el nombre de Beato Gaspar de Bono, un fraile valenciano de la Orden de los Mínimos del siglo XVI-XVII. La transformación en ámbito conventual alteró la fisonomía de la alquería, ya que en el siglo XIX se añadieron nuevas construcciones relacionadas con su uso monástico.
Propiedad y situación en los siglos XX-XXI
Con el paso al siglo XX, el entorno de la alquería cambió drásticamente debido a la urbanización. Las antiguas huertas que la rodeaban desaparecieron para dar lugar a nuevos equipamientos: a finales del siglo XVIII se había creado el Jardín Botánico de la Universidad de Valencia justo al este y, a finales del siglo XIX, se edificó junto a ella el Colegio de San José (de los Jesuitas). A lo largo del siglo XX, la alquería fue quedando rodeada por la ciudad moderna, hasta el punto de ser la única de su tipo que ha sobrevivido en la zona.
Durante las últimas décadas, el inmueble cayó en el abandono. En 2015, el Ayuntamiento de Valencia adquirió la propiedad, aunque no tomó medidas significativas para su conservación. Durante años, la alquería permaneció en un estado de deterioro progresivo, con muros dañados y signos evidentes de ruina. En 2024, debido a su estado crítico, fue incluida en la Lista Roja del Patrimonio de Hispania Nostra. En respuesta a la presión social y patrimonial, a finales de 2024 e inicios de 2025 se anunciaron planes de rehabilitación con el objetivo de convertir el edificio en un espacio cultural.
2. Análisis arquitectónico
Características estilísticas y elementos destacados
La Alquería Beato Gaspar Bono es un ejemplo de arquitectura rural valenciana de la Edad Moderna. Se compone de un cuerpo principal de planta rectangular alineado con la calle Beato Gaspar Bono. Este volumen original dispone de dos alturas cubiertas por un tejado inclinado a un agua con teja árabe curva, rematado por un alero horizontal. La fachada principal destaca por dos arcos de medio punto enmarcados en sillería, actualmente cegados. Sobre estos arcos, en la planta alta, se abren seis ventanas rectangulares con carpintería de madera y rejas de forja. Adosado a la estructura principal se encuentra un segundo volumen de menor altura, correspondiente a reformas de los siglos XVIII-XIX.
Estado de conservación y daños estructurales
Antes de las actuales obras de emergencia, la alquería se encontraba en estado ruinoso. La falta de mantenimiento provocó patologías graves en la estructura, incluyendo una gran grieta vertical en la esquina principal, el derrumbe de parte de la cubierta y la desaparición de algunos elementos arquitectónicos originales. En la actualidad, el interior está reforzado con puntales metálicos para evitar el colapso total del edificio.
3. Valor cultural y patrimonial
Importancia dentro del patrimonio valenciano
La Alquería Beato Gaspar Bono es única dentro de la ciudad: de las alquerías que existieron en el arrabal oeste de Valencia durante la Edad Moderna, solamente ella ha sobrevivido hasta la actualidad. Su conservación permite comprender la relación entre la ciudad y su entorno agrícola a lo largo de los siglos. Por ello, está protegida como Bien de Relevancia Local (BRL) y se encuentra dentro del conjunto histórico de Valencia, reconocido como Bien de Interés Cultural (BIC).
Comparación con otras alquerías históricas
En la provincia de Valencia existen otras alquerías de gran valor patrimonial, como la Alquería dels Moros en Benicalap, la Alquería de la Torre en la huerta norte o la Alquería del Pi en Carpesa. Estas alquerías comparten problemas similares de abandono, aunque algunas han sido rehabilitadas con éxito. La rehabilitación de Gaspar Bono reforzará la protección de la arquitectura rural en la ciudad.
Impacto de la rehabilitación
El Ayuntamiento de Valencia ha anunciado que la alquería será restaurada y destinada a uso cultural, posiblemente como centro cívico o sala de exposiciones. Este plan permitirá conservar el edificio y devolverle su función dentro del tejido urbano, evitando que se convierta en una ruina irrecuperable. La rehabilitación también contribuirá a revalorizar la historia de la huerta valenciana dentro del entorno urbano.