Mujeres valencianas con historia (1 parte)

marzo 8, 2021
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Hoy queremos destacar y analizar la aportación femenina al desarrollo común. Mujeres nacidas en localidades de la actual Comunidad Valenciana, que tuvieron que luchar duramente con el fin de superar las enormes trabas que les imponían las leyes vigentes de la época

En definitiva, la mujer ha sido invisibilizada en la Historia, no sólo porque durante siglos ha vivido en desigualdad en un entorno que la consideraba sujeta e inferior al hombre en el terreno político, social, económico y cultural, sino también porque los que se han dedicado a construir los relatos históricos han sido, igualmente, los hombres, que hemos «olvidado»

https://youtu.be/-0DyFXOYaww

Isabel de Villena

Isabel de Villena consideraron su obra como indispensable en el Siglo de Oro valenciano

Elionor Manuel de Villena (Valencia14301490), más conocida como sor Isabel de Villena, nació en València en el año 1430. Era hija del ilustre Enric de Villena, un traductor y escritor que era conocido como El Nigromante y cultivó con enorme esmero disciplinas como la astronomía, la medicina o la teología, fue una religiosa, poeta y prosista española.

En 1445, ingresó por voluntad propia al convento de la Santísima Trinidad de las Clarisas de Valencia, fundado por la reina María y donde está sepultada, allí cambió su nombre por el de Isabel. Fue una mujer religiosa. Durante su vida como religiosa Isabel se rodeó de un nutrido grupo de escritores que la respetaron especialmente por su altura intelectual y que consideraron su obra como indispensable en el Siglo de Oro valenciano.

Así pues, fue considerada la primera escritora conocida en valenciano. Su obra Vita Christi, la única que se ha conservado, está enmarcada en
el protofeminismo español del siglo XV.

Su Vita Christi es un novísimo Testamento, alejado de los parámetros patriarcales, y cuyas protagonistas esenciales, tanto en la vida pública de Cristo como en el misterio de la Redención, son las mujeres. Por lo tanto estamos ante una escritora singular, la única que se ha conservado, está enmarcada en el protofeminismo español del siglo XV.

Manuela Solís Clarás

Manuela Solís Clarás primera mujer que obtuvo la licenciatura en medicina en la Universidad de Valencia.

Manuela Solís Clarás (Valencia, 1862- Valencia, 1910) fue una ginecóloga española, conocida por ser la primera universitaria valenciana y primera mujer que obtuvo la licenciatura en medicina en la Universidad de Valencia.

Manuela Solís nació el mes de junio del 1862 en València y, como queda constante en el informe del rector de la parroquia de Sant Pere de València, era hija de Prudencio Solís y Manuela de Clarás. El padre fue profesor de la Escuela Normal de la Provincia de Valencia y estuvo implicado de forma decidida en las reformas escolares a través de publicaciones y traducciones diversas, así como en asociaciones profesionales o en congresos pedagógicos. También tenía un hermano, León Solís Clarás, médico, que fue docente en la carrera de medicina. Se entiende, por tanto que la futura doctora Solís se educó en un ambiente culto y, después de cursar los estudios respectivos de bachillerato, obtuvo el grado correspondiente en junio de 1882, un requisito que superó con excelente y que le permitió, después de la obtención del título, iniciar los estudios universitarios.

Con dieciséis años, realizó el examen de ingreso en el Instituto de Valencia, convirtiéndose en una de las primeras mujeres en cursar en ese centro estudios de Bachillerato. Además, también fue pionera en el acceso a la educación superior.

Posteriormente a su estancia en la capital española, para ampliar conocimientos en su formación específica, marchó a París, donde entró en la
Clínica de Partos de la Facultad de Medicina de París. Allí estuvo con los doctores Tarnier, Varnier, Pinard y Pozzi. Los años que vive y trabaja en Madrid, junto con los de su estancia anterior en París, le ayudan a documentarse además de a adquirir experiencia y, como resultado de este hecho, presenta su tesis, El cordón umbilical, en 1905. Superado el proceso académico, obtuvo el grado de doctora, el 18 de octubre de 1905, con excelente.

María Ascensión Chirivella, primera abogada de España

María Ascensión Chirivella fue la primera mujer en licenciarse en Derecho en España

María Ascensión Chirivella (Valencia, 1893-México DF, 1980) fue la primera mujer en licenciarse en Derecho en España, inscribirse en un colegio profesional y ejercer la profesión de abogada en nuestro país.
Tres hitos protagonizados por esta inquieta valenciana de la calle Jordana, primogénita de los cuatro hijos de un ama de casa y un procurador de los tribunales, del que heredó la vocación profesional. Terminado el bachillerato, Ascensión simultanea Filosofía y Letras con Magisterio, carreras ambas que acaba a los veintidós años con un brillante historial académico que repetirá al matricularse después en Derecho y Ciencias Sociales. Logra el título de licenciada en enero de 1922 tras pagar los derechos de expedición meses antes, como recoge la revista Blanco y Negro el 11 de diciembre de 1921, con una foto de Ascensión togada y un pie resaltando «que ha obtenido en la Universidad Central el Título de Licenciado en Derecho y Filosofía».
Poco después, el 12 de enero de 1922, el Colegio de Abogados de Valencia aceptaba su petición formal de ser admitida «para ejercer la profesión»,
sin reparo alguno ni la controversia que solicitudes semejantes habían provocado en Francia, Italia o Bélgica unos años antes. Los colegios de Alicante
y Castellón tendrían que esperar, respectivamente, hasta 1956 y 1949 para inscribir a una mujer.

Ascensión se especializó en Derecho Civil y ejerció hasta poco antes de nacer en 1929 su única hija, Blanca, de su matrimonio con Álvaro PascualLeone, abogado, periodista y diputado por el Partido Radical Republicano –el mismo de Blasco Ibáñez–, con el que también ella colabora en varios mítines
invocando los derechos femeninos y la responsabilidad de las abogadas en «defender al humilde, animar al caído, proteger al niño».
Tras la Guerra Civil, Ascensión empieza una nueva vida en México con Blanca y Álvaro, pero la muerte de éste en 1952 la sume en una profunda depresión.

Conchita Piquer

Conchita Piquer una de las figuras más relevantes del género de la copla.

Conchita Piquer (cantante y actriz, 1906-1990) , una de las figuras más relevantes del género de la copla.
Interpretó con un estilo depurado de gran perfección vocal las composiciones más famosas de la canción española, casi todas ellas obra de Valverde, Quintero, León y Quiroga. Viajaba siempre con un montón de baúles, los suyos y los de la casa con ropa de cama, de mesa y similares pues tenía la
costumbre de alquilar una casa en el lugar donde estuviera de gira. A raíz de todo esto se le acuñó la expresión «el baúl de la Piquer»

Para los anales de la historia, Concha Piquer ha sido y siempre será la mejor cantante de copla. Por muy largas que sean otras (como dijo la Jurado en una entrevista a Lauren Postigo), la diva valenciana, de cuya muerte se cumplen 30 años este sábado, imprimió con su prodigiosa voz el destino de millones de personas. Fue la banda sonora de una España gris

A pesar de haber protagonizado tan solo cinco películas en España, trabajó con los más grandes: Florián Rey, Luis Marquina o César Amandori. No tardó en montar compañía con 200 personas, algo inaudito para una mujer en aquellos tiempos. Y, como no, entre gira y gira, siempre se llevaba sus famosos baúles cargados de vestuario y equipo técnico. De ahí la clásica expresión de «te mueves más que el baúl de la Piquer».

Teresa Gil de Vidaure

Narran que era mujer de una gran belleza, de la que quedó encandilado el monarca aragonés Jaime I

Teresa Gil de Vidaure (1230 – Valencia, 15 de julio de 1285) fue una noble navarra.

Narran que era mujer de una gran belleza, de la que quedó encandilado el monarca aragonés Jaime I a temprana edad. La insistencia y los cortejos del rey eran tales que Teresa Gil, de profundas convicciones religiosas y de gran carácter, le conminó a manifestar ante un testigo la promesa de matrimonio. La promesa se hizo, pero el rey no la cumplió, casándose al poco tiempo con Violante de Hungría en diciembre de 1235.

Ciertos documentos indican que a pesar de esa circunstancia, Teresa Gil siguió manteniendo algún tipo de relación con Jaime I mientras este estuvo casado con la reina Violante que fallecería en 1251.

Muerta la reina, Jaime y Teresa, viuda de Pedro Sánchez de Lodosa, rehacen la relación hasta convertirla en un auténtico matrimonio social, no consagrado por la iglesia. En 1255 Jaime I mediante documento público le otorga el castillo de Jérica. Dos años después le daría la villa de Alcublas. De su relación nacieron dos hijos, Jaime de Jérica, el primogénito, y Pedro de Ayerbe, el secundogénito.

Sin embargo, la agitada vida amorosa de Jaime I hizo que, hacia los primeros años de la década de 1260 abandonase a su mujer, con el pretexto de que esta había contraído la lepra. Teresa Gil reclamó ante la Santa Sede la defensa de su matrimonio, con la prueba de la promesa dada en su día por el rey. Pero su valor y testigo del juramento había fallecido, por lo que no pudo ser probado el hecho. El papa Clemente IV resolvió el caso indicando que aunque no había sido un verdadero matrimonio por no mediar el sacramento, ese se había legitimado y consumado por la unión carnal.

El 7 de junio de 1272, Teresa Gil de Vidaure y su hijo Jaime habían otorgado a Pérez de Ribavellosa, alcalde de Jérica, la Masía de Ullastre y el 15 de enero de 1277, la Masía de Uñoz (Villa de Altura).

Un nuevo amor, el de Berenguela Alfonso, hija del infante Alfonso de Castilla, había desplazado a la noble Teresa del corazón del rey. Teresa Gil se instaló en el monasterio de la Zaidia de Valencia, fundado por ella misma, lugar en el que llevó una vida de recogimiento hasta su muerte acaecida en 1285.

Elionor Esparza de Alcañiz

Elionor Esparza de Alcañiz, condenada a la hoguera por la Inquisición (Valencia, ca. 1452-1505)

Elionor Esparza de Alcañiz, condenada por la Inquisición a la hoguera. Valencia Elionor Esparza (Valencia. 1452-1505), fue quemada viva frente a la puerta de los Apóstoles de la Catedral de Valencia por «pertinaz, negativa y relapsa (Que reincide en un pecado del que ya había hecho penitencia, o en una herejía de la que había abjurado», pecados atribuidos a esta judía conversa valenciana, por el Santo Oficio, la temible Inquisición instaurada en estas tierras por los Reyes Católicos en 1480. Recién empezado el siglo XVI, de tan terrible destino no le libró el prestigio profesional de su marido, Luis Alcañiz, poeta, intelectual, médico, primer catedrático de Medicina y Cirugía de la Universidad de Valencia, entonces recién creada, e «inspector vitalici dels ferits de la ciutat» por designación real. Era también judío converso, y acabó con la misma triste suerte.

Jerónima Galés

La figura de Jerónima Galés fue una pionera y abrió el camino a otras mujeres que comenzaron a trabajar en las Artes Gráficas. 

Jerónima Galés (impresora, ??-1587) Viuda de Juan Mey y Viuda de Pedro de Huete (1556-1568) y (1581-1587) Impresora valenciana del siglo XVI. Una de las más conocidas de su época, no solo por el largo período que ejerció como tal, sino también por sus proyectos editoriales y calidad de todas sus publicaciones. Bajo el pseudónimo de sus dos maridos, Jerónima Galés imprimió más de 250 libros.

Además de criar y educar a sus hijos, Jerónima trabajó en la empresa familiar, dirigiéndola cuando su marido viajó a Madrid para crear otra imprenta y haciéndose cargo totalmente de ella al enviudar, figurando en los colofones de las publicaciones como “viuda de Juan Mey” o “en casa de Juan Mey”.


Entre los encargos figuraban las instituciones valencianas más importantes de la época, como «l’Estudi General», «el Consell Municipal», «la Generalitat», «l’Arquebisbat de Valencia» o el «Hospital General».

s una de las impresoras más conocidas del siglo XVI no solo por el largo periodo que ejerció como tal sino también por sus grandes proyectos editoriales y excelente calidad de todas sus publicaciones. Se hace cargo de la imprenta en 1556 a la muerte de su marido, figurando como viuda de Juan Mey. En 1559 se casa con Pedro Huete pero hasta 1568 seguirán utilizando el nombre de “Juan Mey” y “En casa de Juan Mey”. A partir de entonces encontramos ya el nombre de Pedro Huete como impresor hasta su muerte en 1580 donde Jerónima de Gales aparecerá de nuevo como “Viuda de Pedro Huete” hasta 1587 fecha en la que se cree que murió.

erónima no sólo mantuvo la calidad habitual, sino que aumentó el número de clientes, entre los que se contaban algunas de las instituciones valencianas más importantes del momento, como la Generalitat, el Hospital Gemeral , el Consell Municipal o el Arzobispado.

Además de los organismos oficiales, Jerónima amplió su clientela al imprimir comedias e historias populares; así como obras religiosas en pequeño formato a mediados del S. XVI.

Jerónima Galés se volvió a casar con otro impresor y antiguo empleado, Pedro Huete, y continuó al cargo de su imprenta. A partir de entonces, comenzó a utilizar el nombre de “Pedro Huete” como impresor hasta su muerte, cuando los trabajos de Jerónima de Galés aparecieron firmados como “Viuda de Pedro Huete”.

Existen varios documentos donde se hace mención a la pericia y excelencia de Jerónima como impresora. La propia Jerónima Galés escribió un soneto, que publicó en los preliminares de la traducción castellana de El libro de las historias, de Paulo Jovio, impreso por ella misma en el año 1562, en el que reivindicaba su experiencia y conocimiento de la profesión que ejercía.
Fue madre de los no menos importantes impresores Felipe, Pedro Patricio y Aurelio.

Isabel Ferrer

Isabel Ferrer, la defensora de la enseñanza gratuita para las niñas valencianas

Isabel María Benita Ramona Eugenia Susana Joaquina Josefa Margarita Magdalena y Antonia Ferrer Giner. El nombre completo de la noble castellonense Isabel Ferrer Giner (Castellón, 1736) es casi tan largo como la herencia que dejó en tierras valencianas. Hija de un abogado y nacida en una familia acomodada, Isabel luchó por el acceso de las niñas a la educación. Para ello, fundó la Casa de la Enseñanza de Castellón, la primera escuela de enseñanza gratuita para niñas de familias sin recurso económicos.

Han pasado casi tres siglos desde que Isabel Ferrer abriera las puertas de la Casa de la Enseñanza de Castellón, y diversas instituciones y asociaciones siguen denunciando la discriminación que sufren las mujeres para acceder a la educación. De hecho, una de cada cinco niñas en el mundo no puede acudir a la escuela, y todas ellas tienen hasta tres veces más probabilidades de contraer matrimonio de forma forzosa antes de los 18 años que aquellas que tienen una educación básica, según denuncia la ONG Plan International.

Matilde Salvador

Matilde Salvador

Matilde Salvador Compositora y pintora valenciana

Matilde Salvador Compositora y pintora valenciana. Fue una de las figuras más representativas de la música y la cultura de la Comunidad Valenciana.


Entre otros premios, recibió la medalla de la Universidad de Valencia el año 2001.


Por otra parte, destacó también por su firme compromiso con la lengua y cultura valenciana.

. Concepción Aleixandre

Concepción Aleixandre Maestra, médica, ginecóloga, inventora, activista, feminista, sufragista y científica española.

Concepción Aleixandre Maestra, médica, ginecóloga, inventora, activista, feminista, sufragista y científica española.


Perteneció a diversas instituciones como el Comité Organizador del Congreso Pedagógico de 1892, el Consejo Nacional de Mujeres (1919),
la Sección de Señoras de la Unión Iberoamericana, el servicio de Inspección médico escolar, la Sociedad Ginecológica Española (1892) y la Asociación Española para el Progreso de las Ciencias.

Nació en el año 1862 en València y pronto ingresó en la Escola Normal Femenina, una institución que nació en la ciudad gracias a la Ley Moyano de 1857. Estaba ubicada en las plantas segunda y tercera de la Casa de Enseñanza de la Calle de la Sangre. Fue inaugurada el 5 de octubre de 1867 con la matriculación de 38 alumnas que podrían obtener el título final de Maestra. Allí superó el examen de grado Concepción en el año 1883. Sin embargo, nunca ejerció magisterio porque pronto se matricularía en Medicina para cursar la carrera. Ella fue, junto a Manuela Solís, una de las dos primeras mujeres que entraron en la universidad para estudiar medicina. Solo por ser mujer necesitó de un permiso especial del gobierno para poder estudiar. La universidad, por supuesto, plagada de hombres que no veían con especial cariño la entrada de unas mujeres cuyo principal hábitat era el del hogar. Hasta tal punto llegó la violencia que, según cuenta su biografía, Aleixandre fue apedreada por sus compañeros a la salida de la Facultad de Medicina. En 1910, por orden del rey Alfonso XIII, ya sería posible el acceso de la mujer a la universidad sin necesidad del permiso del gobierno. Sin embargo, aunque tuvieran la carrera les estaba prohibido su ejercicio médico.

En la universidad conocería a su gran compañera Manuela Solís, otra pionera de la medicina valenciana. Tanto Concepción como Manuela se interesaron por el ámbito de la ginecología. Mientras la primera se traslada a Madrid donde gana una plaza como médica en el hospital de la Princesa, la segunda también se marchará a Madrid e ingresará en el Instituto Rubio donde amplía sus conocimientos y se doctora con la máxima puntuación defendiendo una tesis que tiene como título “El cordón umbilical”.

Concepción Aleixandre dio a conocer su obra a través de artículos y conferencias impartidas en organismos científicos. Fue una gran defensora de los derechos de las mujeres. Formó parte, entre otras instituciones, del Consejo Nacional de Mujeres (1919) y del Comité Femenino de Higiene Popular, del que sería presidenta. En esta actividad feminista destacó su apoyo al manifiesto a favor de que Emilia Pardo Bazán fuera miembro de la Real Academia Española.

Así pues, las actividades científicas y feministas se unieron a  una clara vocación divulgativa que tenían a la higiene femenina como tema central. De hecho, Concepción coordinó una sección dedicada a este asunto en la revista La Medicina Social Española, en activo desde 1916 a 1920. Era esta una medicina de corte social que pretendía algo tan revolucionario como que las mujeres conocieran su cuerpo para su cuidado.

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