En 1976, un aire de innovación soplaba desde las montañas de Alicante, marcando un hito en la industria juguetera española. La pequeña y pintoresca localidad de Onil, conocida por su rica tradición en la fabricación de juguetes, se convertiría en el epicentro de una revolución lúdica gracias a la llegada de los Famobil, las emblemáticas figuras que habrían de capturar la imaginación de generaciones.
El inicio de esta era comenzó cuando Famosa, una de las compañías jugueteras más grandes de España, decidió colaborar con la alemana Playmobil para introducir una línea de juguetes que pronto sería conocida en cada rincón del país. Esta alianza estratégica permitió a Famosa adquirir los derechos para fabricar y distribuir los productos de Playmobil en España y Portugal, bajo el ingenioso nombre de Famobil, una contracción de ‘Famosa’ y ‘Playmobil’.
El lanzamiento de los Famobil no fue solo un negocio, sino un fenómeno cultural. Originalmente llamados ‘klickys’ en Alemania, en España se les presentó como ‘click’ para las figuras masculinas y ‘clack’ para las femeninas. Aunque el nombre ‘clack’ nunca llegó a popularizarse, el término ‘click’ se arraigó fuertemente en la cultura popular española. Estos juguetes eran especiales no solo por su diseño único y su versatilidad, sino también por su capacidad de fomentar la creatividad y la narrativa en los juegos infantiles.
En la fábrica de Onil, el 10% de la producción mundial de Playmobil cobraba vida. Este sitio no era una fábrica ordinaria; se especializaba en la creación de series especiales que salían de sus líneas de montaje para maravillar a niños y coleccionistas. Mientras tanto, las piezas más grandes, las bases, los edificios, los vehículos y otros accesorios seguían produciéndose en Alemania, las figuras en Malta, y las pequeñas piezas eran cuidadosamente seleccionadas y empaquetadas en la República Checa.
Famobil dejó una huella indeleble en el sector hasta junio de 1983, cuando Playmobil decidió tomar las riendas directamente y fundó Playmobil Ibérica. La antigua fábrica de Famobil en Onil se transformó en la sede de Playmobil Ibérica S.A.U., continuando y expandiendo el legado de su predecesora.
El cambio de nombre no diluyó el encanto de los juguetes. Por el contrario, la transición de Famobil a Playmobil fue suave, en gran parte gracias a la continuación del uso del término «Clicks de Playmobil» en el marketing y la publicidad. Incluso después de la transición, las figuras seguían presentando diferencias distintivas, como el logo de Famobil grabado en las piezas y en la planta del pie de las figuras, un detalle que los coleccionistas valoran enormemente hoy en día.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos y la historia rica de innovación y calidad, la tormenta que golpea a la industria juguetera sigue cobrándose víctimas. El conocido como valle del juguete en Alicante ha perdido a uno de sus integrantes más históricos. La fábrica de Playmobil en Onil ha echado este lunes el cierre de forma definitiva tras 48 años instalados en la localidad, marcando el fin de una era para el valle del juguete y dejando un legado de creatividad y alegría para las generaciones que crecieron con sus productos. Este cierre no solo representa el fin de una operación de fabricación, sino también el cierre de un capítulo significativo en la historia cultural y económica de la región.