Organizado por la Asociación Valenciana de Ciencia y Misterio tuvo lugar el II Congreso de Ciencia y misterio, en Alfafar (Valencia). Este Congreso acogió a grandes figuras del mundo del misterio como la de Aldo Linares.
Comunicador social y periodista, Aldo también está relacionado con la organización de eventos de ámbito cultural, en el cual se desempeña en áreas de comunicación y asesoría.
Además es parte de la Asociación De Estudios Espiritas De Madrid y, habitualmente, da conferencias y participa en coloquios relacionados con temas heterodoxos.
Aldo Linares, relató, recuerdos, aventuras o pensamientos y su contacto con sutiles realidades de sorpresa, misterio y deslumbramiento.
El despertar de la percepción del otro lado, la intuición, la relación con los procesos de mediumnidad y sensitividad, y el encuentro con lo enigmático y el más allá, son la constante que conecta su infancia en Arequipa (Perú), y su presente en Madrid.
Aldo quiere transmitir la naturaleza de su sensibilidad tratando de comprenderse, formando parte del reconocido Grupo Hepta de investigación paranormal y colaborando en el famoso programa Cuarto Milenio.
Sobre Valencia habló del antiguo cuartel de la Guardia Civil de Cofrentes, en Valencia, donde ocurren fenómenos extraños según las personas que han pasado allí la noche
Aldo Linares percibe malas sensaciones: “Esa mujer nos miraba fijamente, como preguntándose qué hacíamos allí”
Este edificio, actualmente propiedad del ayuntamiento de Cofrentes, se empleó como cuartel tras la Guerra Civil Española y así fue hasta 1953 cuando pasó a sus antiguos propietarios, las personas que se lo habían alquilado a los agentes.
Durante ese período, la casa fue lugar de extraños sucesos: “Al entrar en la casa tuve una sensación extraña, diferente, como si te envolviera algo (…) Me tumbé en la cama y se escuchaban murmullos, voces, cosas muy raras, como si alguien te hablara en el oído, pero levantaba la cabeza y allí no había nada ni nadie, así cada cinco minutos más o menos, además de escuchar pisotones y puñetazos, como si llamaran a la puerta”.
Una de las personas que vivió en aquel lugar relata con terror la noche que no pudo pegar ojo: “Me levanté al baño y vi que una mecedora estaba moviéndose, entré la paré, y cuando salí del baño aquella mecedora estaba moviéndose de nuevo pero esta vez a gran velocidad, salí de allí corriendo y esa noche la pasé en el coche, fui incapaz de volver a entrar”.
Cuando Javier y Aldo entraron en el sitio, la sensación que percibieron fue muy parecida a la que han relatado los testigos: “Mucha gente creía que la sombra que allí se materializaba pertenecía a un guardia civil, pero no era así, la casa escondía una historia familiar”.
El propio Javier Pérez Campos ha reconocido que en sus años de experiencia jamás había logrado hacerse con una grabación en la que se escucharan tantos sonidos extraños: “Llegamos a registrar hasta 30 sonidos espeluznantes de golpes”.
Lo que Aldo Linares recuerda es aún más perturbador: “Yo estaba tumbado y a los pies de mi cama se paró de pie una mujer que me miraba fijamente, era una mujer bonita y delgada pero con carácter fuerte, de unos sesenta años, llevaba un vestido largo y ancho en la parte de abajo y nos miraba como preguntándose qué hacíamos allí”.