Luis Bertrán, San. Valencia, 1.I.1526 – 9.X.1581. Predicador dominico (OP), maestro de espiritualidad y santo.
Cuenta la historia que en 1579, San Luis Bertrán -que se hallaba enfermo y padecía una sed insistente- llegó hasta una fuente que le habían aconsejado en el camino de Ruzafa hacia la Albufera. Al beber se sintió mejor y bendijo dicha fuente, a la que nunca le faltó agua, teniendo el carácter de milagrosa para los enfermos.
Juan Luis, hijo del notario Luis Bertrán y de Juana Ángela Exarch, ingresó en los dominicos, profesando en el convento de Predicadores de su ciudad natal el 27 de agosto de 1545. Concluidos los estudios institucionales, fue ordenado sacerdote en 1547. Poco después fue enviado al recién fundado convento de Santa Cruz, de Llombay, junto con el venerable Juan Micó. En 1549 fue nombrado maestro de novicios, o sea, formador de los jóvenes dominicos hasta su ordenación sacerdotal, de Predicadores capitalino. A raíz de la peste que asoló Valencia entre 1555 y 1557, muchos religiosos fueron repartidos por otros conventos, y a fray Luis le tocó ir al de Santa Ana, de Albaida, al frente del cual estuvo algún tiempo. En 1560 fue reintegrado a su cargo de maestro de novicios en el convento de Predicadores valentino y en esta misma época, dado su reconocido prestigio, fue consultado por santa Teresa de Ávila sobre su futura reforma carmelitana, mostrándose absolutamente partidario de que la emprendiese.
No obstante, su espíritu misionero se impuso, dando lugar a una nueva etapa de su vida. El 14 de febrero de 1562 partía con otro compañero para embarcar rumbo a Nueva Granada, donde estuvo por espacio de siete años, padeciendo incontables trabajos y tribulaciones, peligros de su propia vida, dejando constancia, a pesar de la escasa salud que tenía, de infatigable labor apostólica y fama de santidad. El campo de su actividad misionera hay que situarlo en tierra adentro de Cartagena de Indias, centrado en Tubará, y en la zona montañosa de Santa Marta. Ante la imposibilidad de frenar los abusos de los encomenderos españoles que impedían la evangelización, después de consultar para tranquilidad de conciencia con el obispo dominico Bartolomé de las Casas, optó por regresar a España. Era el año 1569. El año siguiente fue elegido prior del convento de San Onofre, en el término de Museros cercano a Valencia, y, al concluir el trienio, le encargaron de nuevo la formación de los novicios, cargo en el que estuvo hasta el 15 de mayo de 1575 en que fue elegido prior del convento de Predicadores de Valencia. Concluido el tiempo de mandato desempeñó aún, por última vez, el cargo de maestro de novicios.
Fue Luis Bertrán fraile penitente en grado sumo y con gran tendencia hacia la vida contemplativa, que hacía plenamente compatible con una intensa actividad externa. Su plena dedicación al estudio, oración y predicación, permiten catalogarlo como una personificación del ideal de la Orden en su época. A pesar de alguna sequedad externa, a causa de cierta sordera y miopía que le aquejaron durante gran parte de su vida, alcanzó una gran popularidad entre gentes de todas las clases sociales. Su santidad de vida, ratificada muy a menudo por gracias extraordinarias, se imponía. En cuanto prior hay que considerarlo como ejemplo e impulsor de la estricta observancia definitivamente restaurada —era la encarnación viva de la confluencia de las dos corrientes dominicanas y españolas de Reforma existentes: la castellana y la valenciana—, consiguiendo días de esplendor religioso en los conventos de cuyos prioratos tuvo que hacerse cargo, y al mismo tiempo se le veía dotado de agudo sentido práctico que le permitía mantener un sano equilibrio entre las exigencias de la vida religiosa y las necesidades o conveniencias materiales.
Después de larga y penosa enfermedad murió en Valencia el 9 de octubre de 1581. Amigo del patriarca san Juan de Ribera, arzobispo de Valencia, fue creador de una escuela de espiritualidad en cuanto que su influjo no se limitó a sus escritos sino también a su magisterio oral. Excepcional formador de religiosos, forjó una estela de discípulos que hicieron una auténtica escuela de espiritualidad que dejaron huella en la vida de su tiempo en religiosos, laicos, etc., y que entre los dominicos trascendieron a toda la provincia dominicana de la Corona de Aragón, pues no serán sólo conventuales de la Orden de Predicadores de Valencia; a su vera acudieron dominicos venidos de Mallorca, Cataluña y Aragón, donde a su vez irradiaron dicha vivencia de la vida dominicana (Juan Vidal, Martín Juárez, Francisco Ferrandis, Antonio Creus, Bartolomé Pavía, Domingo Anadón, Pedro del Portillo, Francisco Montón, Tomás Arenas, Vicente Justiniano Antist, Luis Istela, Francisco Sala, Andrés Balaguer, Jerónimo Bautista de Lanuza, Miguel Lázaro, Gaspar Catalán de Monsonís, Bartolomé Riera, Vicente Más, Luis Vero, Vicente Ferrer Mallent, Onofre Vidal, Dionisio Botella, Pedro Lloret, Juan Pérez, etc.). Es patrono de los novicios dominicos. Beatificado por Pablo V el 19 de julio del 1608, fue canonizado solemnemente por Clemente XII el 12 de abril del 1671. Alejandro VIII en 1690 lo nombró patrono principal de Colombia.
Obras de ~: Obras y sermones, que predicó y dexó escritos […], ts. I-II, Valencia, 1688 y 1690.
Bibl.: J. M. de Garganta, “Bertrán, Luis OP”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. I, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, Madrid, 1972, págs. 244-245; VV. AA., San Luis Bertrán. Reforma y Contrarreforma española, Valencia, Caja de Ahorros y Monte de Piedad, 1973; A. Robles Sierra, “Ensayo bibliográfico de San Luis Bertrán”, en San Luis Bertrán. Reforma y Contrarreforma española, Valencia, IHPA, 1973, págs. 19-28; VV. AA., Cuadernos San Luis Bertrán, Valencia, Comisión Central del IV Centenario de la muerte de San Luis Beltrán, 1982; L. Galmés Más, San Luis Bertrán. Forjador de hombres y misionero, Valencia, IHPA, 1982; VV. AA., Corrientes espirituales en la Valencia del siglo XVI (1550-1600), Actas del II Symposion de Teología Histórica, 20-22 abril 1982, Valencia, Facultad de Teología San Vicente Ferrer, 1983 (col. Series Valentina, XIII), págs. 291-300; A. Robles Sierra, Procesos informativos de la Beatificación y Canonización de San Luis Bertrán, ed. de A. Robles Sierra y M. Llop, Valencia, 1983; “Nicolás Factor y Luis Bertrán, dos almas gemelas”, en Beato Nicolás Factor, franciscano, Valencia, 1986, págs. 50-61.
Alfonso Esponera Cerdán, OP
Parentesco con San Vicente Ferrer y patrón de Colombia
San Luis Bertrán, que también da nombre al Seminario Intermisional Colombiano de Bogotá, es el patrón de Colombia y también del Colegio de Notarios de Valencia junto a San Vicente Ferrer, con el que guardaba parentesco, al ser la madre de San Luis sobrina del santo dominico valenciano.
La habitación en la que falleció san Luis Bertrán se conserva en la casa sacerdotal que lleva su nombre en Valencia, en la calle Trinquete de Caballeros, antiguo hospital fundado en 1356 para sacerdotes, donde se conserva una colección de azulejos del siglo XVIII que representan escenas de su vida y de su actividad misionera en América.
También en Valencia se conserva su casa natalicia en una plaza con su nombre donde hay una estatua suya cerca de la cual, en la parroquia de San Esteban, se halla la pila donde recibió el bautismo, la misma en la que también fue bautizado San Vicente Ferrer.
Según la tradición, el santo, que ingresó a los 18 años en el convento de los dominicos de Valencia, iba habitualmente a una fuente a pasear y convirtió su agua amarga en agua de manantial, hecho que hizo que en la zona creciera una gran devoción y se le dedicó una ermita, que hoy es su parroquia, y de ahí el nombre del actual barrio valenciano de la Fonteta de San Luis.
Además, en Valencia existen más referencias al santo en los conventos de Santo Domingo y de Predicadores, en el Puente de la Trinidad y en la Catedral, entre otros.
Parroquias de las que es titular, san Luis
Junto con las tres parroquias de las que es titular, san Luis también es patrón de Buñol, que le dedica sus fiestas en agosto y cuenta con una ermita dedicada a él, y en la parroquia de Albaida hay una imagen suya con un crucifijo, a sus pies, ante el que rezaba, y el reloj de arena que usaba en la oración, y en los lunetos de la iglesia hay tres momentos de su paso por la localidad pintados por José Segrelles.
San Luis Bertrán fue canonizado por el papa Clemente X en el año 1671, estuvo siete años como misionero en Nueva Granada, actual Colombia, país en el que hay colegios y parroquias con su nombre, y a su regreso fue prior del desaparecido convento de San Onofre de Museros, de donde es patrón y donde hay una imagen suya en el retablo de la iglesia parro
La ermita construida en el siglo XII (con dependencia de San Valero en Ruzafa), pasó en 1902 a ser templo parroquial.
Así, el domingo 24 de julio, fue el día grande de las fiestas en honor a su patrón desde el siglo XVII, San Luis Bertrán, con una misa a las 12 del mediodía y una procesión nocturna.
A la imagen actual de San Luis Bertrán , que es de la posguerra -al desaparecer la original en la persecución religiosa de la guerra civil española- la preceden otras siete de las que hay en el templo, cada una de ellas con sus clavarios, mayordomos, cofrades, devotos y música tradicional o de banda. Son la Virgen del Rocío, la Virgen de los Desamparados, San Antonio de Padua, la Virgen del Perpetuo Socorro, San Antonio Abad, la Virgen del Carmen y la Inmaculada Concepción
La procesión con imágenes acompañando a San Luis es una tradición antiquísima según la cual se le da importancia al santo patrón y todos comparten la fiesta en su honor. Es el sentido pleno de comunidad . Realmente todos necesitamos beber del agua viva del Evangelio. En este caso el agua de la Fonteta de San Lluís es milagrosa, incluso hay algún caso reciente que resulta inexplicable, como le pasó a una señora de Elda desahuciada por los médicos.’ ]Párroco Vicente Pastor