La exposición «L’amour courtois» («El amor cortés») que tuvo lugar en la Torre Jean Sans Peur en París, ofreció una nueva perspectiva sobre la erótica medieval, intentando desmitificar los estereotipos sobre la sexualidad de la época. La exposición consistió en una serie de ilustraciones de manuscritos medievales acompañados de textos que arrojaban luz sobre la práctica del sexo en esa época. Agnès Lavoye-Nbeoui, la responsable de comunicación de la exposición, destacó que la Edad Media es un período de la Historia muy desconocido por su larga extensión y que todas las ideas negativas que tenemos sobre la falta de higiene o el cinturón de castidad son más propias del Renacimiento.
La muestra también reveló que la Iglesia permitía ciertas prácticas sexuales ahora censuradas, como la prostitución femenina, porque se consideraba un oficio de salubridad pública y una importante actividad económica. Lavoye-Nbeoui afirmó que en la Edad Media, entre los siglos V y XV, hubo períodos más liberales de lo que se cree, en los que se cuestionaba el celibato eclesiástico y cerca de un 30% de los sacerdotes vivía en concubinato.
La exposición destacó que la doctrina religiosa no siempre fue permisiva y que marcó reglas como la prohibición del sexo durante dos tercios del año por respeto al calendario católico. Además, la única posición sexual permitida era la «natural», en la que el esposo se extendía sobre su mujer con el único objetivo de procrear, y los clérigos tenían la obligación de instruirse en todas las posturas conocidas para poder imponer las penitencias.
El reflejo ilustrado de las costumbres sexuales de la Edad Media se realizaba de forma recurrente a través de símbolos y metáforas, en las que abundaban las representaciones de los atributos masculinos como pájaros o elementos de charcutería y de los senos femeninos con porciones de queso tierno y blanco. Lavoye-Nbeoui señaló que estos símbolos eran muy sutiles pero al mismo tiempo muy directos, basculando entre los principios del etéreo «amor cortés» y representaciones mucho más directas y sorprendentes en las que se plasmaban los órganos sexuales.
En resumen, la exposición «L’amour courtois» buscó desmitificar los estereotipos sobre la sexualidad en la Edad Media y mostrar una visión más amplia y realista de las costumbres sexuales de la época.