A 50 kilómetros de la costa de Castellón se encuentra una de las reservas naturales más espectaculares del Mediterráneo. Les Illes Columbretes es un archipiélago formado por una serie de islotes de origen volcánico agrupados bajo cuatro nombres: Illa Grossa, la Ferrera, la Foradada y el Carallot. En total, 19 hectáreas de gran valor ecológico para el Mediterráneo.
Su asentamiento en el mar, a 80 metros de profundidad, ha permitido que aquí se genere una gran diversidad de especies marinas que son toda una delicia para los ojos de los visitantes. Y, como es una reserva marina, la mano del hombre y su acción está bastante limitadas.

La zona podría tener una gran cantidad de petróleo escondida y son varias las empresas que han tanteado al gobierno local y autonómico para iniciar prospecciones, pero hasta el momento una fuerte oposición ha ganado la partida.
Este conjunto de islas fue declarado parque natural en 1988 y reserva en 1994. Antes, la historia de la zona había estado siempre vinculada a pescadores, contrabandistas, piratas y grandes cantidades de serpientes que poblaban la zona.
De hecho, en pleno siglo XIX se provocó un incendio en la zona para deshacerse de los reptiles.
Cómo visitar les Illes Columbretes

La Illa Grossa, el único islote visitable del archipiélago de les Columbretes, mantiene un sistema de acceso regulado que limita la llegada de visitantes y obliga a realizar la visita de forma guiada, según informa la Conselleria de Medio Ambiente de la Generalitat Valenciana.
Situada a unos 50 kilómetros de la costa de Castellón, la isla requiere entre dos y tres horas de navegación para llegar.
El acceso puede hacerse en embarcación propia —previo contacto por radio con el servicio de vigilancia y sin utilizar anclas, ya que existen boyas de amarre— o mediante excursiones organizadas por empresas autorizadas.

La entrada a tierra es gratuita, aunque el recorrido está condicionado por horarios y cupos diarios y mensuales, en función del estudio de capacidad de carga del espacio. La visita se efectúa siempre en compañía del personal de la Reserva Natural.
Entre las normas destacan la prohibición de comer, fumar o recorrer la isla por libre. Tampoco está permitido el acceso en los meses de diciembre, enero y febrero.
Actualmente, solo se puede visitar la isla Grossa con un máximo diario de 80 personas.
Si te animas a hacerlo, tienes que saber que aquí encontrarás vegetación autóctona como la palmera margalló, hasta 10 especies de insectos endémicos o reptiles como la lagartija Podarcis atrata. En el mar hay coral rojo, algas como la Laminaria redriguezi, además de peces como el mero, la corvina o tortugas marinas.