La reliquia histórica más importante de la cristiandad se encuentra en la Catedral de Valencia. Según la tradición, se trata del Santo Cáliz bendecido en la Última Cena. El vaso sagrado transformado en el imaginario de la literatura del medievo en la búsqueda del Santo Grial.
Existen muchos documentos que han ido dando pistas de que el Cáliz de Bendición que utilizó Jesús en su cena de Pascua, está custodiado en algún lugar. No sólo nos remitimos a la literatura del Grial, sino a las miles de imágenes artísticas que hay por toda la cristiandad y que lo representan.
Pero entonces, ¿dónde comienza la historia del Santo Grial por qué está en Valencia?
Dado que la historia no puede muchas veces ser probada por la documentación, hemos de acudir a la tradición oral, esa que durante siglos nutrió el imaginario humano hasta que finalmente se utilizó la escritura como medio de transmisión del saber.
La Dra. Ana Mafé García por medio de la aplicación del método iconológico propio de la disciplina académica de la Historia del Arte ha probado, en la medida de lo posible, esta tradición.
La historia oral
En Jerusalén, hacia el año 33 de nuestra era, durante la noche de Pascua, se celebra un rito ancestral. Los discípulos presentes que acompañan a Jesús reconocen que algo extraordinario ha ocurrido en dicha celebración. La copa de bendición, que está siendo utilizada por Jesús, contiene algo más que el fruto de la vid. Su muerte, escasos días después, crea un momento de confusión para todos. Sin embargo, el referente directo de sus palabras: Haced esto en memoria mía. Se transforma en la necesidad de repetir el ritual de la Última Cena, que significa seguir su mandato de amor.
Según la tradición oral, esta misma copa, permaneció en Jerusalén hasta que acompañó a San Pedro a su viaje a Roma. Donde comenzó a predicar las enseñanzas de Jesús y a celebrar con ese mismo vaso sagrado, el rito pascual en las casas de patricios y romanos. Pasando dicho vaso de unos a otros todos ellos bajo el cuidado del Obispo de Roma. Igual que también se pasaban unos a otros rituales, oraciones y bendiciones.
Sin embargo, pronto los emperadores miraron esta nueva religión con recelo y comenzaron las persecuciones. Las primeras comunidades cristianas sufren matanzas en el anfiteatro, encarcelamientos y escarnio público para el divertimento de la ciudadanía romana.
Pero, en el año 258 d.C., Valeriano, emperador romano que se había declarado en banca rota, mandó perseguir a los cristianos a muerte (8ª Persecución) y solicitó de los mismos todas las riquezas que pudiera guardar.
El papa Sixto II, le pidió a su diácono San Lorenzo que repartiera entre los pobres de Roma todo lo que tenía en su haber, porque lo prendían para ser martirizado. San Lorenzo, de origen hispano, así lo hizo. Repartió todo, pero tuvo a bien guardar el Santo Cáliz que, según la tradición oral, había sido utilizada por Jesús.
Se lo dio, junto a una carta donde explicaba todo lo referente al Santo Cáliz, a una pequeña comitiva que partía para Huesca, su ciudad natal en Hispania. Allí fue custodiada hasta que, en el año 712, la conquista sarracena llevó al obispo de Huesca a buscar cobijo en los Pirineos.
Entre los siglos XI y XIV, el Santo Cáliz, se protegió en un monasterio benedictino en torno a la ciudad de Jaca, llamado San Juan de la Peña, en el Reino de Aragón. Punto neurálgico de la Ruta Jacobea. Y lugar por donde transitaban los reyes y nobles más importantes de Europa camino de Santiago de Compostela.
En esta época, los reyes cristianos luchaban por conseguir sangradas reliquias en Jerusalén. Y el Santo Cáliz, -custodiado en el monasterio fortaleza de los Pirineos-, se transforma como el Santo Grial, dentro del imaginario de la literatura medieval de caballería. Siendo innumerables los nobles y monarcas cristianos que quieren obtener esta pieza para sus colecciones reales.
Los primeros documentos
En 1399, el rey de Aragón Martín el Humano, tras múltiples peticiones al prior del monasterio, accede finalmente al Santo Cáliz a través de un canje, dando fe de ello un documento notarial. Ofrece a los monjes un magnífico cáliz de oro y puede llevarse a Zaragoza la Sagrada Copa para formar parte de su Tesoro Real. En 1432, el rey Alfonso el Magnánimo traslada su corte a la ciudad de Valencia y en el año 1437, pide al Cabildo de la Catedral ayuda monetaria para hacer frente a sus contiendas. Ante notario, deja en prenda todo su Tesoro Real, incluido en Santo Cáliz.
Como el rey jamás devolvió lo prestado, desde entonces, el Santo Cáliz permanece custodiado en la Catedral de la ciudad. Y por ello, puede contemplarse hoy en día en una capilla. El Vaso Sagrado está expuesto sobre un relicario en forma de corazón realizado en oro que, realza todavía más su belleza.
Una oportunidad única de ver aquel tesoro que, en la literatura medieval, buscaron con pasión y heroicidad los caballeros de la Corte del Rey Arturo.
Una oportunidad única de vivir la Pascua en primera persona, cerca del Santo Cáliz.
La copa superior
En el año 1960 el Arzobispo de la Catedral de Valencia, manda realizar un trabajo de investigación sobre el Santo Cáliz al Catedrático de Arqueología de la Universidad de Zaragoza, el Dr. Bertrán. Sus conclusiones principales están recogidas en el libro «El Santo Cáliz, 1960».
En la misma, se detalla que el Cáliz está compuesto por tres partes.
Desde entonces, ningún otro estudio aportó información nueva sobre la protohistoria del Santo Cáliz hasta que la Dra. Ana Mafé García presenta en 2019 su tesis doctoral en la Universidad de Valencia sobre la historia y la procedencia del Santo Cáliz de la Catedral de Valencia. Junto a una disertación acerca de sus implicaciones en la vertebración del territorio.
Las aportaciones de la Dra. Mafé
Su tesis presentada muestra más de 30 datos nunca antes demostrados sobre esta reliquia.
Descubre que en realidad es un vaso de piedra semipreciosa tallado a mano en piedra de ágata aunque en la Antigüedad esa piedra fue considerada como un «sardius», un Odem en hebreo.
Datado entre los siglos II a.C.
La parte central labrada en oro esta realizada en el siglo XI.
El pie en la parte inferior es un elemento tallado hacia el siglo VIII por un taller fatimí. Está engastado también en oro y piedras preciosas reutilizadas de elementos anteriores también de aspecto carolingio.
El vaso que, según la tradición fue bendecido por Jesús, corresponde únicamente a la parte superior; una finísima copa de piedra ágata de unos 3 mm de espesor. El resto son partes añadidas con posterioridad.
La catalogación arqueológica de esta pieza obedece a un Kos Kidush Esther – 2018, Valencia.
Es la única copa de bendición familiar hebrea que existe desde hace dos mil años, entera en todo el orbe.
Es una verdadera joya arqueológica judía.
El Camino del Santo Grial
El Camino del Santo Grial recorre las tierras de Aragón y Valencia, emulando la antigua ruta que debió seguir la reliquia desde San Juan de la Peña hasta llegar a la ciudad de Valencia. Invita al visitante a desplazarse a diferentes puntos de la geografía araginesa y valenciana relacionadas con el Santo Cáliz, los Templarios y la historia medieval.
La Asociación Cultural el Camino del Santo Grial desde hace 20 años (www.elcaminodelsantogrial.com) trabaja en la vertebración de esta ruta y ofrece siempre magníficas atenciones con los peregrinos.