Aceites Casanova

El primer Casanova del que se tienen datos, que nació en la calle Sagunto,  fue Manuel Casanova Aguilar y que, casado con Carmen Cebriá Barrera, vivieron en «El portalet» o lo que es lo mismo, en la antigua entrada a la calle San Bruno.

Su pequeño negocio consistía en comprar a los huertanos de la zona productos que luego sus hijos, en carros, se encargarían de acercar hasta Teruel y cambiarlos por mercancía que en Valencia no hubiera. Este trueque
fue la base para que, por las vicisitudes de la vida, derivara en una amplia industria familiar del aceite de semillas, en especial del cacahuete, comercio del que se tuvo referencias en un viaje que Sebastián Esteve, cuñado de Francisco Casanova Cebriá, hizo por Marsella.

La primera fábrica de aceite de semillas que se montó fue en el Barrio de «San Jerónimo», que más tarde, en 1918 se trasladó a la avda. del Puerto con el nombre de «Vda. e Hijos de Luis Casanova, S.A.». En el camino de Barcelona, los hermanos Manuel y Simón Casanova Cebriá fundaron otra, que se llamó «Casanova Hermanos, S.A.» de la que existe una foto datada en 1910 y en la calle Sagunto, la tercera, fundada por Francisco Casanova Cebriá.

Habiendo una relación muy buena entre la familia y para no hacerse la competencia, decidieron unir las tres empresas en una, que llamaron IACSA, Industria Aceitera Casanova, S.A.

Ubicada en las propiedades de la Avda. del Puerto, llegó a ser la primera de España por su volumen de trabajo y por su modernizada mecanización.

Disponían entre otros barcos, de uno de cabotaje, llamado el «Luis Casanova», un precioso velero, que parecía empujado por los vientos de bonanza que acompañaban al esfuerzo de la familia Casanova y que llegaron a abrir una aceitera en Gijón y más tarde otra en la calle Aben Alabar, en Valencia

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