Valencia, julio de 2025
Las despedidas de soltero y soltera en Valencia están experimentando una transformación notable. Atrás quedaron, en gran medida, las imágenes típicas de grupos desbocados con disfraces estridentes, objetos de contenido sexual o charangas que recorrían las calles generando quejas vecinales. Hoy, el perfil más común de estas celebraciones es mucho más contenido: grupos de unas diez personas, con una edad media de 33,8 años, sin escándalos ni atrezos provocadores.
Este nuevo modelo responde a varios factores. Por un lado, el cambio generacional: muchas parejas que celebran su despedida ya no lo hacen en plena veintena, sino en una etapa más madura de su vida, con otras preferencias y sensibilidades. Por otro, la propia ciudad de Valencia ha evolucionado como destino turístico, consolidando una oferta de ocio más diversa, que va desde la gastronomía y los planes culturales hasta las experiencias al aire libre y el bienestar.
Adiós a los tópicos: otra manera de celebrar
Los datos recogidos por empresas organizadoras de eventos y actividades para despedidas en Valencia apuntan a una clara preferencia por planes personalizados y alejados del turismo de borrachera. En lugar de desfiles ruidosos o juegos de mal gusto, se buscan talleres gastronómicos, cenas en rooftops, sesiones de spa o rutas de tapas y vermut.
También han cambiado los espacios donde se celebran estas despedidas. Muchos grupos optan por alojamientos en barrios tranquilos o en casas rurales cercanas, evitando así conflictos con los vecinos. Algunos incluso acuden a localidades costeras como El Palmar, Cullera o la Albufera para combinar ocio con naturaleza.
Influencia de las normativas y la presión vecinal
El Ayuntamiento de Valencia, junto a asociaciones vecinales de Ciutat Vella, Ruzafa y el Carmen, ha llevado a cabo en los últimos años campañas de concienciación y aplicación de ordenanzas para limitar el ruido y preservar la convivencia. Esto ha derivado en una reducción significativa de las despedidas más conflictivas, especialmente aquellas que incluían charangas, disfraces llamativos o un comportamiento incívico en el espacio público.
A estas medidas se suma también la labor de las propias empresas turísticas, que ahora ofrecen servicios más cuidados y con códigos de conducta claros para sus clientes, sabedoras de que el modelo anterior no es sostenible ni atractivo para una ciudad que aspira a combinar turismo de calidad con bienestar urbano.
El nuevo perfil de quienes celebran
Según los datos recogidos por varios portales de organización de eventos, el 78% de las despedidas en Valencia son mixtas o femeninas, con una edad media que roza los 34 años. La mayoría de los grupos provienen de otras comunidades autónomas —principalmente Madrid, Cataluña y Aragón— y se desplazan a Valencia atraídos por su clima, su gastronomía y su ambiente tranquilo pero animado.
El gasto medio por persona ha aumentado ligeramente, ya que muchos optan por experiencias premium que incluyen menús degustación, espectáculos privados, catas de vino o actividades deportivas. Este dato contrasta con la tendencia de hace una década, donde el precio bajo y el exceso eran los grandes reclamos.
Una oportunidad para el modelo turístico valenciano
Para muchos expertos, esta transformación representa una oportunidad estratégica para el turismo en Valencia. Las despedidas de soltero han pasado de ser vistas como una amenaza al descanso vecinal a convertirse en una fuente de ingresos compatible con el modelo de ciudad amable, sostenible y cultural que Valencia quiere consolidar.
Algunos hosteleros del centro histórico reconocen que estos nuevos grupos de despedida son incluso mejor recibidos que ciertos perfiles de turismo de fin de semana, ya que suelen reservar con antelación, consumen en locales de proximidad y respetan los horarios.
El reto ahora está en mantener este equilibrio: seguir siendo un destino atractivo para quienes celebran un momento especial sin renunciar al respeto por el espacio común y la vida cotidiana de los barrios.