Levantarse una mañana y recibir las felicitaciones de familiares y amigos por el día de nuestro santo es una tradición tan arraigada en la España católica como la Semana Santa o las cabalgatas de Reyes Magos. La costumbre data, nada menos, que de la Edad Media, momento a partir del cual la Iglesia comenzó a dedicar jornadas del calendario para homenajear a las personalidades más destacadas en el desarrollo de la religión o sobresalientes por su calidad humana.

Este día, 4 de julio, llega el turno de Santa Isabel de Portugal, reina del país vecino entre 1282 y 1325. Hija de rey Pedro III de Aragón y nieta del mítico Jaime el Conquistador, desde muy pequeña demostró una notable piedad y devoción. Hizo construir albergues, hospitales para los pobres, escuelas gratuitas y orfanatos, pero su principal obra fue forjar la paz entre su marido, el rey Dionisio, y su hijo Alfonso, que encolerizó por la preferencia de su padre hacia sus hijos naturales. Después de enviudar, la reina pasó los últimos años de su vida en un convento.

La cita de hoy no debe confundirse con la que tiene lugar el 5 de noviembre en honor a otra Santa Isabel, la madre de San Juan Bautista y, según algunas fuentes, prima de la Virgen María. A ella se le atribuye la frase: «Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre». No sólo quienes comparten este nombre celebran su santo por estas fechas, también aquellas llamadas Anabel, Annabel, Eli, Elisabet, Elisabeth, Elsa, Isabela, Lisa, Mabe y Mabel. Los que sí celebran su santo el 4 de julio, junto a Isabel de Portugal, son los siguientes:

San Andrés de CretaSanta Berta de BlangySan Cesidio GiacomantonioSan Florencio de CahorsSan Jocundiano mártirSan Lauriano de VatanSan Nanfanión mártirSan Udalrico de AugsburgoSan Valentín de LangresBeata Catalina JarrigeBeato José KowalskiBeato Juan de VespignanoBeato Pedro Jorge Frassati