Juan Pablo II y Benedicto XVI, los únicos Papas que celebraron Misa con el Santo Cáliz Valenciano

El Santo Cáliz es un término que se utiliza para referirse al cáliz utilizado por Jesús durante la Última Cena, y que se cree que contiene el vino que se convirtió en su sangre durante la institución de la Eucaristía. Según la tradición cristiana, el Santo Cáliz es una reliquia sagrada y ha sido objeto de veneración y peregrinación a lo largo de la historia.

Después de la Última Cena, el Santo Cáliz fue utilizado durante la Pasión de Jesús y se cree que fue llevado por María a la casa de los discípulos en Jerusalén después de la resurrección de Jesús. A partir de ahí, la historia del Santo Cáliz se vuelve un poco más confusa y hay diferentes tradiciones y leyendas sobre su lugar de conservación y uso a lo largo de los siglos.

Algunas tradiciones sostienen que el Santo Cáliz fue llevado a Roma por los primeros cristianos y que fue conservado en la Basílica de San Pedro. Otros sostienen que fue llevado a España por San Pedro y que ha sido conservado en la catedral de Valencia desde entonces. Aún hay otras tradiciones que sostienen que el Santo Cáliz ha sido conservado en diferentes lugares a lo largo de la historia, incluyendo el Templo de Salomón en Jerusalén y el Monasterio de San Juan de la Peña en Aragón, España.

Aunque no se puede determinar con certeza qué ha sido de la verdadera reliquia, el Santo Cáliz ha sido objeto de peregrinación y veneración durante siglos y ha sido representado en muchas obras de arte y literatura a lo largo de la historia.

Un documento indica que San Lorenzo salvó el Santo Grial de un compañero español para que pudiera llevárselo a sus padres en Huesca en el 258 y permaneció hasta el 711.

“Mientras los musulmanes invadían y perseguían, los cristianos llevaban reliquias a las montañas. Una de estas zonas era San Juan de la Penha, que fue el último refugio de los cristianos viejos durante la invasión musulmana. Resulta que el Santo Grial de San Juan Fue un modelo que inspiró leyendas medievales, fue custodiado por los reyes cristianos de Aragón y Castilla.

Los Reinos Católicos son esas gemas que han añadido un pie al Santo Grial. Algunos se preguntaban si esto no podía ser cierto porque Jesús era pobre. Sin embargo, cabe señalar que en la Edad Media cualquier reliquia se conservaba con joyas. Los reyes de Aragorn lo mantuvieron y colocaron 26 gemas.

A lo largo de la historia, muchas personas han buscado el Santo Grial, como Napoleón o Hitler que apareció en Montserrat.

Cuando el Papa Juan Pablo II viajó a Valencia en su viaje apostólico en 1982, besó seriamente el Santo Grial y preguntó si podía usarlo. “Fue el primer Papa en celebrar la Misa con el Santo Grial de la Última Cena”, dijo el experto.

Cuando Benedicto XVI viajó a Valencia en 2006, inicialmente no creyó que fuera el Santo Grial, pero cuando le ofrecieron celebrarlo con él, respondió: “No me atrevo”. Finalmente, lo usó en la Jornada Mundial de las Familias. Mass lo tomó.

Desde un punto de vista lógico e histórico, la tradición que vincula el Grial valenciano con la Última Cena es coherente. Ningún otro llamado Santo Grial tiene las más mínimas calificaciones para convertirse en el rival del Valencia.

 

El Santo Cáliz de la catedral de Valencia, custodiado en la Capilla de su nombre en la Catedral de Santa María de los Desamparados de Valencia (España), es el vaso que las tradiciones aragonesa y valenciana identifican​ con el Grial, y que consta de dos piezas:Una copa tallada a partir de una piedra de calcedonia, de 7 cm. de altura y 9’5 cm. de diámetro.

El arqueólogo Antonio Beltrán ha fechado la talla de la copa superior en torno al siglo I.[2]​Un pie con asas que habría sido añadido posteriormente. Este consta de una columna central hexagonal con una tuerca redonda al medio y terminada en dos pequeños platos, uno donde se apoya la copa superior y otro en la parte inferior que sostiene el pie. Las asas tienen forma de serpiente, con sección también hexágonal. La base, de forma elíptica, es de calcedonia y contiene 28 pequeñas perlas, dos rubíes y dos esmeraldas, todo ello guarnecido en oro.En los viajes realizados a Valencia por los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI ambos utilizaron este cáliz al celebrar sus misas multitudinarias.

La Iglesia no se ha posicionado oficialmente sobre la autenticidad de esta reliquia, pero en 2014 el papa Francisco aprobó un jubileo in perpetuum, llamado «Año Jubilar Eucarístico por el Santo Cáliz», a celebrar cada cinco años, siendo el primero el de 2015.[5]​Este cáliz es el representado por el pintor valenciano Juan de Juanes en su pintura La Santa Cena (Museo del Prado), pintada en 1560. En dicha pintura se representa la copa con el pie con asas, con lo cual se demuestra que por aquel entonces ya tenía esas partes.

Recorrido del cáliz según la tradición aragonesa[editar]De Judea a Roma. La tradición cristiana cuenta que tras la última cena en Jerusalén, el grial fue guardado y utilizado por los apóstoles. De allí habría pasado a Antioquía, llevado por san Pedro. Posteriormente se habría trasladado a Roma, donde fue usado por los primeros papas. En la plegaria eucarística del rito romano, del siglo II, se decía «tomó este cáliz glorioso»​ mientras que en otros ritos se hablaba de un cáliz en sentido genérico, lo que sería un indicio de que en el siglo II el cáliz original estaba en Roma.

​De Roma a Hispania[editar]Según la tradición aragonesa, el cáliz estuvo en Roma hasta el pontificado de san Sixto II, (que ejerció el papado durante un año, desde 257 a 258). Asustado por la persecución romana, Sixto II habría confiado el Santo Cáliz a su joven diácono Lorenzo, originario de Huesca, el cual lo envió para que fuera escondido en casa de sus padres, cerca de la actual ermita de la Virgen de Loreto. En la Biblioteca Nacional de Madrid se conserva un manuscrito del s. XVII titulado Vida y martirio del glorioso español San Laurencio, obra de Lorenzo Mateu y Sanz, que dice ser.

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