Cirugía estética: riesgos de cicatrices en verano
¿Es aconsejable someterse a una cirugía estética en verano, teniendo en cuenta las cicatrices y la exposición al sol?. Esta pregunta nos la realizan habitualmente nuestros pacientes cuando vienen a visitarnos porque es una leyenda urbana muy arraigada, que viene de cuando los centros sanitarios carecían de lo más elemental (climatización, higiene, etc.). La pigmentación del sol sobre las cicatrices se ha exagerado. Sobre todo porque es una alteración cosmética muy fácilmente evitable.
Lo que si es cierto es que las cicatrices de una intervención estética es mejor que no reciban directamente la luz del sol durante horas, pero es más cierto que los cirujanos plásticos escondemos siempre todo lo que podemos de la exposición visual (y solar) nuestras incisiones. Es por ello que no se debe dar más importancia de la que tiene: cualquier herida quirúrgica de cirugía estética será fácilmente escamoteable de los rayos solares habituales.
Por otro lado, no hay que olvidar que el sol, racionalmente utilizado, es un gran antiséptico y cicatrizante. Aunque de hecho sus rayos ultravioleta pueden pigmentar y sus infrarrojos deshidratar la zona de exposición, sobre una herida quirúrgica ya cicatrizada solo se llegaría a una aleración importante de la misma con una exposición intensa y descuidada. Conviene proteger e hidratar las cicatrices a medida que evolucionan, pero racionalmente.
Así, se ha hablado mucho de la pigmentación de una cicatriz por el sol. En 40 años de experiencia en cirugía estética prácticamente no he visto ninguna que haya alterado o preocupado seriamente al o la paciente. Tal vez por la prevención que hoy se hace como hemos dicho: una cicatriz de cirugía estética en evolución se puede ocultar fácilmente, según su posición y su tamaño: con la ropa, con unas gafas, con un sombrero, con un bañador, en fin, desde con un filtro solar pantalla total hasta con una pequeña banda adhesiva (tirita).
Por tanto, habrá que evitar la exposición continuada al sol, al menos durante unos meses o incluso, un año, pero lo cierto es que nunca será necesaria dicha exposición y no nos supondrá ningún trastorno en nuestras vacaciones.
En resumen, habrá que hidratar y proteger las cicatrices y ponerles protección solar… como al resto del cuerpo!