Alfonso Novo: “la tramitación del cambio de nombres de calles es una verdadera chapuza”
El concejal Alfonso Novo ha defendido en el Pleno celebrado hoy una Moción del Grupo Popular – GPP – para que el Ayuntamiento deje sin efecto el acuerdo adoptado en la comisión de Cultura sobre el cambio de nombre de 51 calles y plazas de Valencia, “que afectara a más de 20.000 vecinos y a más de 400 establecimientos comerciales, empresas restaurantes y bares.”
En su intervención, Novo ha cuestionado los motivos que han llevado al alcalde Ribó y a sus socios de gobierno del tripartito a llevar adelante el cambio de nombre de las calles. “Lo que ustedes pretenden,” ha afirmado, “es cambiar el callejero a golpe de ira, de fobias y complejos, y sin además haber sometido este proyecto a información de las Juntas de distrito.”
La Moción planteada por el Grupo Popular propone que se apruebe entre todos los Grupos políticos un criterio consensuado que permita que este tipo de decisiones tenga continuidad en el tiempo y no esté sujeto a los vaivenes políticos del Ayuntamiento. “Y por eso mismo señor Ribó, ni se puede ni de se debe estar con los cambios en el callejero cada cuatro años, con costes importantes para los vecinos afectados y sin que esta Corporación haya fijado un criterio compartido,” ha expuesto el edil popular.
Además, ha advertido al alcalde y a la concejala de Cultura, Gloria Tello, que con la tramitación del expediente del cambio de nombre de las calles “están bordeando el cumplimiento de la legislación,” porque según ha explicado “el proceso administrativo carece de informes de los técnicos municipales que avalen una decisión de este cariz.”
Asimismo, ha pedido que se abra un proceso participativo de comunicación y audiencia a los vecinos, profesionales, comercios, entidades y empresas de las calles afectadas, además de demandar también al alcalde que “lleve a cabo las actuaciones necesarias para que por parte del Ayuntamiento se asuman los costes económicos que el cambio de denominación pueda generar, de igual forma que se ha previsto en el caso de las comisiones falleras.”
ENCAJE DEL INFORME DE LA UNIVERSIDAD
Alfonso Novo ha señalado en el debate que en el informe de la Universidad por el que el Ayuntamiento ha pagado 18.000€, y en el que Ribó se justifica, “los investigadores dicen que en algunos casos, como por ejemplo sucede en las calles de José Castany Tobeñas o en la del matrimonio Alcántara-Ríos, es necesario someter a un intenso debate desde el punto de vista de los principios democráticos la conveniencia de los cambios de nombre.”
De esta manera, el edil popular ha pedido que en “el expediente administrativo conste un informe suscrito por el técnico municipal competente en el que concluya de forma motivada que lo informado por la Universidad debe conllevar, según lo dispuesto en la Ley de Memoria Histórica, la exclusión o el mantenimiento en el nomenclátor de la ciudad.”
Igualmente, ha propuesto que el Servicio Municipal que corresponda emita un informe técnico respecto de cada una de las personas, colectivos o entidades cuyo nombre se propone para la nueva denominación de las calles y plazas afectadas. “para que los valencianos dispongan de un mínimo conocimiento previo acerca de sus obras, acciones, trayectorias artísticas, culturales, científicas y profesionales o méritos que avalen o justifiquen la distinción.”
Según ha expuesto, el expediente del cambio de nombre se inicia con una Moción que firmó el alcalde Ribó en mayo de 2016 en la que se hacía referencia al informe de la Universidad, que tiene fecha posterior de emisión de noviembre de 2016. Una circunstancia que “por mucho que diga la concejala Tello que se ha contado con el asesoramiento de profesores del Departamento de Historia Contemporánea,” ha proseguido, “nos hace dudar de que ya tenían decididos los nombres a abolir en mayo de 2016, por no decir mayo de 2015, y lo que hacen ahora es vestir el santo con informes a posteriori.”
UNA CHAPUZA DE EXPEDIENTE
Novo ha desvelado que después de que el Grupo Popular advirtiera y propusiera que se subsanara en la comisión de Cultura de la semana pasada la inexistencia en el expediente de informes de los técnicos municipales que justifiquen los nuevos nombres que van a dar a las calles, “ya que no contienen ni tan siquiera una mínima reseña biográfica,” el lunes pasado incorporan un informe del Consell de la Dona y el martes otro elaborado por el Servicio de Recursos Culturales, “es decir una chapuza.”
“Una chapuza que invita a la risa recordando las palabras de la concejala Tello diciendo que el equipo de Gobierno había tardado dos años en traer una propuesta a aprobación porque habían querido ser escrupulosos y exquisitos con el procedimiento para evitar impugnaciones como ha sucedido en otras ciudades, ha manifestado.
Asimismo, ha querido despolitizar el debate del nombre de las calles y ha recordado que Valencia tiene en su historia nombres de sobra, personajes que han contribuido a ensalzar el nombre y el prestigio de nuestra ciudad. Nombres de los que todos nos podemos sentir orgullosos, más allá de nuestros colores políticos, por sus conocimientos, por sus descubrimientos, por sus obras, por sus capacidades o por su dedicación a los demás.
Ha puesto como ejemplo a algunos de los nombres incluidos en el expediente, “en los que todos podríamos estar de acuerdo con sus méritos,” como el arquitecto Francisco Javier Goerlich, o la denominación de Els Jurats, el Equipo Crónica, o una calle dedicada al pintor Joan Reixach y algún otro que se recoge en la propuesta.
“Solo queremos que las cosas se hagan con sensibilidad, con responsabilidad, con sensatez y si no es mucho pedir, con el concurso de todos los Grupos políticos, eso que se llama consenso y que en este tema se les ha hecho más bola de lo habitual,” ha concluido.